Death of Venomverse, el evento de los simbiontes, va in crescendo poco a poco su intensidad y ya estamos a la mitad del mismo. Ya sólo nos quedan dos números para concluir y con este nos quedan con ganas de que lleguen los demás.
Si aún no has leído las reseñas de los anteriores números puedes hacerlo aquí.
Ojo que a partir de aquí habrá SPOILERS
Terminamos el número anterior con Anne Weying hablando con Virus para contarle que la única manera de parar a Carnage es uniendo al grupo a algún Anti-Venom.
En las primeras páginas ponemos observar cómo Carnage está dando caza a otro Venom, en este caso Venoman-Thing al mismo tiempo que un narrador está explicando a alguien lo que está haciendo este asesino: matar a diferentes Venoms del multiverso para absorber sus poderes y convertirse en un Dios.
Ese narrador no es otro que la propia Agente Venom, Anne, que está intentando reclutar a Silence, una de las Anti-Venom del multiverso, que enseguida se une al grupo de Venoms que está intentando parar a Carnage.
Con esta nueva integrante, el grupo salta a una realidad en la que la Guerra de Los Reinos -un evento que involucró a los Diez Reinos, algún día escribiremos sobre ello- tuvo como resultado la fusión de la Tierra con Asgard, dando un aspecto diferente a este mundo. Recordemos que en el grupo están, entre otros, Agente Venom, Virus, Rhino-Venom, Venom rockero…
Cuando todo parecía tranquilo, aparece Carnage para acabar con esa tranquilidad causando un caos entre los presentes e iniciando una lucha con el grupo. Sin embargo, lo que él no sabía es que era una trampa para atraerlo y acabar con él, dado que Silence no es la única Anti-Venom que han podido reclutar.
Todo indica que va bien con nuestro grupo con los nuevos Anti-Venom tomando ventaja, pero Carnage recobra fuerzas logrando asesinar a un Venom -Flash Thompson de este universo- gracias a los nuevos poderes que tiene. También desarma a Virus, quedando Dylan expuesto. Cuando las circunstancias indicaban que todo estaba perdido, aparece Anti-Carnage logrando apuñalar a su contraparte.
Anti-Carnage intenta drenar los poderes de Carnage, pero se lleva la gran sorpresa de que es este, no sólo el que le drena a él, sino el que le absorbe entero. Esto es completamente nuevo para Carnage puesto que nunca se había absorbido a sí mismo, pero está dispuesto a correr el riesgo por convertirse en un dios.
Parece que está absorción ha dado resultado y todo está perdido, pero el número acaba con Anti-Carnage saliendo desde dentro de Carnage ante la mirada del grupo que se pregunta si realmente le han derrotado.