El número de este mes de Ultimate Invasion, el número tres, es de ritmo bastante lento. Se toma todo el tiempo del mundo en explicaciones y conversaciones sin que veamos acción. Sin embargo, es un buen número para conocer cómo es el mundo que ha creado El Hacedor y nos haga replantearnos algunas cosas sobre nuestra visión del mundo. El evento terminará en la próxima entrega y da la sensación de que van a pasar muchas cosas en esa última publicación.
Si aún no has leído las reseñas de los números anteriores lo puedes hacer aquí.
Ojo que a partir de aquí habrá SPOILERS
En el número anterior veíamos como un grupo de clones de Los Ultimates llegados del futuro atacaba Latveria cuando se estaba produciendo una reunión de los líderes mundiales. Entre todos consiguen atacar con los atacantes, pero Obadiah Stane cae muerto. Además, vemos como El Hacedor muestra a Howard Stark La Máquina Inmortal, la cual supuestamente había construido el propio Howard.
El cómic comienza con el entierro de Obadiah y con Howard hablando a su hijo Tony de que se van a mudar a Latveria llevándonos a un flashback dos días atrás.
Tras el ataque a Latveria, Howard se encuentra en el castillo junto a los líderes mundiales más poderosos. Hulk, los tres clanes del Pacífico, la familia Rasputin, Henri Dugarry representando a la Unión Europea… En un principio Howard se siente un poco desubicado entre tanto líder y no sabe exactamente qué hace él ahí ni por qué estos líderes se llevan bien cuando en realidad sus naciones están enfrentadas entre ellas, pero pronto descubre la realidad ya que Hulk le explica cómo funciona el mundo, y cómo mantienen la paz, que ha creado El Hacedor.
El mundo se divide en una serie de naciones o zonas de influencia, incluso nos muestran un mapa, dominadas por cada uno de los líderes, o grupo de líderes, que están en esa sala. Para mantener la paz en sus territorios cada generación una de esas zonas se convierte en el «enemigo» de las demás realizando acciones cuestionables que hace que los otros sean vistos como los buenos. Con ello logran que los ciudadanos de cada una de sus naciones se unan contra ese mal común y logran mantener la paz en sus territorios. Así continuamente repitiendo el ciclo. Sin lugar a dudas, los conspiranoicos que lean este cómic sentirán que sus teorías son ciertas.
Aunque algunos no están de acuerdo con esto, El Hacedor les ha mostrado mediante una serie de estudios que la paz (lograda o impuesta) nunca acaba bien puesto que no es una estrategia exitosa a largo plazo.
Howard no se lo puede creer y no está del todo convencido, pero entonces llega El Hacedor el cual le vuelve a explicar lo mismo pero añadiendo que ellos hacen eso para que los líderes puedan realizar el verdadero trabajo. Evidentemente, Howard le pregunta cuál es ese verdadero trabajo, a lo que El Hacedor con una sonrisa malévola responde que por fin han llegado a ese punto.
Todo esto se lo está contando en ese flashback Howard a su hijo Tony durante el viaje a Latveria, el cual le anima a luchar contra ellos porque eso no está bien. Howard lo sabe, pero además de que está solo y puede perder, quiero lo mejor para el futuro de su hijo, pero inequívocamente esta forma de manejar el mundo que ha creado El Hacedor funciona.
Ya con Howard Stark en Latveria junto a El Hacedor, se mete en un laboratorio en donde va a construir la citada anteriormente Máquina Inmortal. El Hacedor le presenta a su asistente y me nombra como el hombre más inteligente del mundo. Este no es otro que Reed Richards con un casco del Doctor Doom.
Para finalizar el número en un futuro lejano, vemos un ejército de clones de Los Ultimates -los que atacaron Latveria en el número anterior – le pregunta a su maestro cuánto tiempo deben esperar para atacar a El Hacedor. A lo que Kang -vestido con una versión de la armadura de Iron Man- responde que ahora es el momento.
Con ese final Hitckman nos queda pensando en si realmente funcionará así el mundo, en qué quiere realmente El Hacedor y cómo terminará este evento cuando el ejército de Kang vuelva al ataque.